lunes, 14 de mayo de 2012

NOVIAS-DONCELLAS (sobre "Ifigenia").

EN EL AÑO DE 1924 la escritora venezolana Teresa de la Parra
publicaba lo que en el futuro se constituiría como una de las novelas
más relevantes en Venezuela y en América latina. "Ifigenia" plantea
el reto de lo femenino ante lo masculino. La mujer objeto. La mujer
obediente. La mujer víctima. La mujer que se revela. Que se revela
ante una sociedad que castiga la irreverencia. Es el personaje de
María Eugenia Alonso una heroína, que se atreve a decir a través
de su epistolario todo lo que siente y mucho más. Pero al final, también
asume el protagónico de la "mujer víctima". El sacrificio como única
fórmula de subsistir en un mundo dominado por los convencionalismos.
Quizás, era una forma inteligente de seguir sobreviviendo en un mundo
donde los ideales de libertad y cambios eran bastante cuestionados.
Sus amores con Gabriel Olmedo no la llevarían por un buen camino.
El no tenía nada que ofrecerle. El también estaba buscando su propia
forma de supervivencia. Lo económico, el estatus social tiene mucha
más importancia para él que una relación amorosa. El es quién da la
estocada final. El propicia a la impetuosa joven recién llegada de París a
aquella Cararas con aire provinciano y pacato a hacer exactamente
lo mismo: el matrimonio como herramienta de consolidación económica.
Es César Leal su salvavidas. Su puente o su total condena.
Seguramente, de esta manera podría seguir disfrutando de un vestuario
afrancesado y todo ese entorno, que indica una holgada posición social.
Corrían la década de los años veinte en la Venezuela gomezcista...
una sociedad que se debate entre el colonialismo, el autoritarismo
y el modernismo.
En lo personal, creo que el decorado ha cambiado. Pero en el fondo
sigue habiendo el mismo trasfondo de las cosas. Todo pareciera estar
intacto.
La historia de María Eugenia Alonso se repite de manera constante.
Es la muerte del alma y del cuerpo...?.
¡No! Es la entrada a un mundo de códigos y secretos , que solo lo
femenino lo puede descifrar.


Muñeca realizada en liencillo. Cuerpo relleno en algodón. Rostro
pintado al óleo. Cabello en estambre pintado al óleo y engomado.
Traje de novia en raso de seda color marfil, piqué. Adornos en cintas
de encaje de algodón. Bordadas en perlas y mostacillas. 
Pequeño armador en tul. 
Es importante resaltar que este traje está debidamente forrado.
Velo en chiffón de seda color marfil sujetado por una tiara bordada
en perlas, mostacillas y pequeñas lentejuelas.
Zapatillas en raso de seda con pequeño broche.
Bouquet de hojas de laurel con rosa en chiffón de seda marfil.

Alfonso Márquez Ceballos

No hay comentarios:

Publicar un comentario